Primera Leyenda

Detalle de las casitas del anima - GDM


Se cuenta que por allá en los años relativos a 1920, en la ciudad de Puerto Montt, más precisamente en le sector alto denominado "Las Quemas", aconteció el asesinato de Fructuoso Soto, un joven agricultor de tan sólo 19 años.



Se señala que Fructuoso se encontraba enamorado de una lugareña, pero que sufría el rechazo de la familia de aquella. Fue así como su sino fatídico llego a desenlace, aquella noche, cuya fecha fue borrada de la memoria, donde el joven cruzaba los oscuros parajes del sector de Las Quemas, cuando se le vinieron encima dos bribones, que lo truncaron del caballo.



Una vez que el infortunado se encontró en el suelo, le proporcionaron senda pateadura, no quedando conformes lo apalearon y acuchillaron hasta dejarlo agónico. Se dice que agonizó 48 horas, hasta que fue descubierto por algún alma piadosa que recorría la zona, sin embargo esta no pudo más que bríndale consuelo en su hora final.



Al enterarse los lugareños de tan penoso hecho, no pudieron hacer menos que lamentar la perdida de tan ejemplar muchacho, reconocido por su buena voluntad para con el prójimo, destacando como un buen trabajador, y aun mejor hijo.



Con el paso de los días, aquel rincón manchado por la sangre del joven, se transformó en un lugar de peregrinación y culto, más aun cuando se sembró en el pueblo la sospecha que los asesinos de tan buen cristiano, no habrían sido otros que los hermanos de la joven por este amada.



(Relato basado en el libro "L'Animita" de Oreste Plath)